El gobierno de Nicolás Maduro ha rechazado de manera contundente las opiniones de Brian Nichols y Luis Almagro sobre las licitaciones ilegales en espacio marítimo entre Venezuela y Guyana.
El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemiferio Occidental de Estados Unidos y el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se mostraron a favor de Guyana en el proceso de licitación de bloques petrolíferos que se lleva a cabo en áreas marítimas que aún no han sido delimitadas.
Maduro acusó a Estados Unidos de utilizar a ExxonMobil y al Comando Sur para despojar a Venezuela de sus derechos sobre el territorio del Esequibo. La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, subrayó que Venezuela no permitirá que Guyana disponga unilateralmente del territorio marítimo aún no delimitado y que «hará valer sus legítimos derechos por siempre».
En respuesta, el presidente guyanés, Irfaan Ali, afirmó que su país tiene derecho a desarrollar sus recursos en cualquier parte de su territorio, y reafirmó que el reclamado por Venezuela, situado al oeste del río Esequibo, pertenece a Guyana, declaraciones que fueron deploradas posteriormente por Caracas.
Esta situación ha generado una tensión entre ambos países que se mantiene desde hace años. Venezuela se encuentra en un momento crítico en su historia política y social, con una crisis económica que ha afectado a la población y una polarización política que ha generado crisis institucional y abierto procesos en jurisdicciones internacionales.
La explotación como acto unilateral es violatoria del derecho internacional, y Venezuela puede y debe protestar. No hay violación de la “soberanía de Guyana”, puesto que no hay un tratado de delimitación que establezca hasta donde llega cada Estado.