julio7 , 2024

    ¿Puede una nueva oposición lograr un éxito importante en el 2025?. Ruta 2024-2025 por Leonardo Morales

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    Siempre dijimos, escrito está, que esta no es una carrera de velocidad sino un maratón.

    TEODORO PETKOFF (2004)

    Para finalizar esta serie de tres entregas respecto a los acontecimientos que se avecinan para Venezuela, siempre desarrollados sobre informaciones que se van acumulado a lo largo del tiempo y, por supuesto, de fuentes de primera mano, estrechamente   vinculados a actores políticos y de hasta aspirantes a hacerse de la candidatura presidencial; nos toca concluir con el otro proceso pendiente: las elecciones del año 2025.

    Conviene recalcar lo que antes se había afirmado: dadas las distintas diferencias entre las fuerzas de oposición que se evidencian en el grado de fragmentación, difícilmente se pueda generar un clima propicio para que los sectores de oposición logren consolidar un acuerdo para confrontar con el oficialismo que, a pesar de sus diferencias, se presentará en el 2024 con un solo candidato. Las primarias no serán más que un distractor para los más ingenuos del mundo opositor que creen, como antes se había señalado, en esta engañifa urdida por quienes han venido militando en el desliz y en el perenne traspié.

    Partiendo de ese contexto bien pudiera decirse que la hipótesis señalada está paulatinamente demostrándose con las prácticas y expresiones de algunos de los apasionados de las primarias; la diatriba entre éstos deja atrás el disfraz para mostrar su faz más vergonzosa: el trajín en Monómeros. La especulación comienza a dar paso a hechos concretos.

    Ante un panorama tan complejo en el cual se ven y se reúnen los de siempre, excluyendo a otros, quizás a la mayoría, no resulta difícil confirmar que las elecciones 2024 tendrán como decorado un candidato oficialista y un número difícil de estimar de candidatos provenientes desde las oposiciones. En estas circunstancias parece evidente hacia donde se desplazará la balanza. Ya no será necesario el llamado a la abstención de los eternos equivocados; la gente, los ciudadanos sabrán hacia donde inclinarse.

    Ruta 2025

    Se tiene al frente a un gobierno muy debilitado, pero que pareciera reaparecer con nuevos bríos como consecuencia de una oposición desarticulada, desangelada y profundamente fragmentada. Estos datos sugieren la constitución de una alternativa de gobierno que, desmarcada de las fracasadas aventuras insurreccionales y de posiciones antidemocráticas, brinde a la sociedad venezolana una oferta político-programática en la que el foco de atención sea la recuperación de la institucionalidad del país y el restablecimiento de sus relaciones con el mundo. Esa dirección debe tener como protagonista al ciudadano, a ese venezolano que ha venido siendo afectado por un conjunto de políticas que han conducido a desmejorar sus condiciones de vida.

    La política debe estar centrada en la emergencia de una oposición dotada de una oferta democrática, civilista, apegada a los preceptos constitucionales y capaz de satisfacer las aspiraciones de los venezolanos para que, en el 2025, año en el que deberán celebrarse elecciones a diputados a la Asamblea Nacional, gobernadores, consejos legislativos, alcaldes y concejales, se logre un éxito significativo y la coloque a las puertas de producir el anhelado cambio político.

    ¿Puede una nueva oposición lograr un éxito importante en el 2025? ¿Será esa la ruta para poder ganar unas elecciones presidenciales siguientes?

    Siempre ha quedado establecido que la oposición no ha logrado desalojar al oficialismo por esa suerte de terquedad de volver siempre sobre sus viejos errores. Una oposición democrática que se presente como alternativa de gobierno pudiera obtener una mayoría parlamentaria, cerca o más de la mitad de las gobernaciones, en particular las de mayor densidad poblacional. Sí antes no se logró fue porque, en buena medida, algunos se encargaron obstaculizar el triunfo electoral. Es así de sencillo y no exige mayores explicaciones.

    Pronosticar que con esas condiciones se está a las puertas de Miraflores pude lucir disparatado, pero, sin dudas, ofrece a los electores alguna certeza de que una nueva oposición, genuinamente democrática y dotada de un programa conocido y compartido, pueda, con mayores herramientas y fortalezas, garantizar un cambio político.

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