Así reza el grito de guerra de la hueste política de más alta capacidad para escandalizar, amenazar y escarnecer a quien disienta de ella, embutida en el supremacismo moral -y también social- dispuesta a imponer su voluntad. La misma que el periodista Kico Bautista, en un momento de catársis, haciendo juego de palabras con el sonoro apelativo de la dama que funge de oficiante del culto, bautizó como un nuevo ismo que llamó: mariacorinismo.
El orden litúrgico de su narrativa, con su embrión en la antipolítica promotora del fracasado carmonazo del 11 de Abril aquel, nació amarrado al mito del «fraude» del Referéndum Revocatorio de agosto de 2004. Ficción que devino en la Abstención de 2005 auspiciada por SUMATE, púlpito desde donde la señora oficiaba entonces.
Su condena indiscriminada, de vasta amplitud como para dar cabida a cuanto no se le subordine, extendiendo su acusación intimidante contra «cómplices y corruptos» por igual que a moderados y honestos ciudadanos que repudian el conflicto como forma de lucha, han separado las mutuas manos que acercaban el deseo de cambio político.
El bramido de la embebida facción exige «votación manual» como prueba de pureza del acto de urbanidad que extendería certificado de legitimidad a los resultados de un proceso «eminentemente ciudadano», según la define.
«Primaria sin CNE«, lema vanamente repetido, que veremos fallecer cuando su promotora, si el favor popular le acompaña en este evento, se inscriba en la convocatoria oficial del organismo a elecciones presidenciales en 2024.
Pero el daño ya estará hecho con ese cesáreo feroz desplegado con ira acentuando el descreimiento en el voto al lapidar el organismo comicial. El gesto de repudio habrá dado suficiente oxígeno al régimen para promover la abstención, flagelo que junto a la división opositora le favorece grandemente. El desdén al sufragio no habrá devuelto la esperanza a los venezolanos. Porque ni siquiera es una oferta electoral. Será apenas una incitación pendenciera.
¿Qué busca entonces subir los decibeles a tan hueca consigna? A todas luces intimidar, arrinconar al resto de sus adversarios, inhibirlos de pedir la participación del CNE, sin importar el costo del descrédito en el voto. Pareciera más bien un esfuerzo por reproducir el clima de enfrentamiento de 2002-2003 o las matazones de la Salida I de 2014 y la Salida II de 2017, alentadas por la misma dama que aúlla“Primaria sin CNE”. Se huele un salto de la “Salida de calle” a una “Salida electoral de calle”; Salida al fin, con violencia, espejo de la agonía de un pasado en el que debemos vernos para sacudir la memoria de esos amargos días.
Que conste, les escribe alguien que piensa que el consenso es la vía más conveniente para seleccionar un candidato presidencial opositor y que también piensa que ya que muchos venezolanos han optado por la Primaria lo lógico es permitir que ella se desarrolle en los mejores términos. que sin duda, los asegura el apoyo técnico del CNE, tal vez el gobierno se niegue o aceptando colaborar intente sabotear el proceso, pero no será bajo el costo político nacional y sobre todo internacional que tendrá que pagar.
Quien suscribe del mismo modo desea que más adelante se encuentre la opción de la Primaria con la opción del Consenso, para ponerle punto final al fracaso del gobierno que ha hundido la nación en la peor tragedia de su historia. Pero también para relevar el liderazgo que ha defraudado a todos y que persiste con obstinación en seguir cometiendo los mismos errores de conspiración, promoción de la intervención extranjera, violencia y abstención, comportamientos visibles en los innegables hechos ocurridos durante veintitrés años: el Carmonazo, la huelga petrolera, el santuario de Altamira, la Abstención de 2005, la Salida de 2014, “los 6 meses”, “el abandono del cargo de Maduro”, el Referéndum Revocatorio, la Salida 2017, las insólitas preguntas del 16 de Julio, el Interinato, la Abstención de 2018, los Drones, el 30 de Abril, la Operación Gedeón, la Abstención de 2020, Monómeros y la división de 2021, para hacer la lista corta.
Libremos al país del fracaso de unos y el defraude de otros. La idea es llegar al momento de ponernos de acuerdo para tener un candidato que pueda Ganar, Cobrar y Gobernar. La clave está en despejar esa fórmula, pues de ir juntos, y poder participar, tal vez casi todos puedan ganar, pero no todos podrán cobrar y mucho menos gobernar.