El país ha visto con asombro y estupor la andanada de acusaciones de Nicolás Maduro contra un grupo de dirigentes de Primero Justicia por denunciar la desastrosa situación del Metro de Caracas.
¿Cuál es el objetivo político de esa desmesurada ofensiva? Todo pareciera indicar que en la medida en que pasa el tiempo y se acerca la campaña electoral, crece la sensibilidad presidencial. Y mientras más delicada se le torna la piel, porque le dan en puntos muy neurálgicos, que minan aún más su debilitado apoyo popular, el residente de Miraflores desespera y desata sus planes dirigidos a evitar cualquier ataque político a su pésimo gobierno.
El presidente Maduro anda en campaña electoral desde hace rato y pretende inhibir la crítica. Él sabe muy bien de la existencia de sectores genuflexos de la oposición que con una malandreada desde el poder salen corriendo con el rabo entre las piernas. Muchos de los llamados candidatos a las primarias colman esa lista.
Lamentablemente no existe una oposición seria que le ponga la mano en el pecho, que lo frene en sus desmanes autoritarios, que le diga que ese plano del conflicto no le conviene al país, que esa forma de responder a los que simplemente hacen política denunciando un desastre, como el del Metro, a la vista de todos, niega cualquier posibilidad de diálogo y reconciliación que posibilite la reinstitucionalización del país, que con coraje lo llame a capítulo y le diga: presidente quienes desde la oposición deseamos sean levantadas las sanciones contra el país sabemos que el caos del Metro de Caracas es producto de años de desidia, incapacidad y corrupción, no pretenda vernos cara de pendejos. Usted lo volvió a hacer: retrocedió más de un Metro y medio.