Si leemos con detalle las encuestas, hay un cuadro claro que describe lo que está por venir. Aparecen tendencias nítidas que parecieran llenar desde ya, la expectativa de las mayorías de los electores o por lo menos, de un segmento importante de la población. El viejo liderazgo está obligado a moverse: “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.
Luis Vicente León, vocero de Datanálisis, ha repetido un montón de veces que las pugnas entre el liderazgo es una pelea entre enanos. Según la empresa Poder y Estrategia el oficialismo anda apenas por el 11% y la oposición por el 17%.
Si se suman y establece una media de todas las encuestas, se podría decir qué hay un espacio chiquitico preocupado por los temas políticos que, cuando mucho, alcanza el 30%. La gran mayoría, Un 70%, lo que anda es pendiente de sobrevivir.
Mientras entre los políticos hay un espíritu de lucha, de guerra permanente, entre las mayorías reina la incertidumbre. Hay mucha angustia por la plata que no alcanza para nada y cuesta un mundo conseguirla.
El reciente escándalo de PDVSA debe haber incrementado aún más la mala fama de los políticos que ya era alta. No sólo han quedado mal parados los funcionarios del gobierno que se robaron más de 3 mil millones de dólares, justo en el momento en que más hacían falta, también los que le metieron mano a Monómeros, a Citgo y los activos del país retenidos en el exterior.
El Interinato y los alcaldes del este de Caracas han sido señalados por Maduro, Diosdado y Jorge Rodríguez como parte del drama de la corrupción. Sectores de la oposición igual han acusado al G4 de malos hábitos y de mucho choreo.
Todos Contra todos
En La Patilla apareció una vieja declaración del alcalde de Baruta Darwin González, que sorprende por su estupidez. El dirigente de Fuerza Vecinal asegura que no sabe nada de los permisos que se otorgaron para la construcción de esos enormes edificios, que como monte, crecen en Las Mercedes. Se la puso bombita a quien dicen que sí.
En la lista de presos que anuncia la Fiscalía aparecen cuadros importantes del oficialismo vinculados a Tareck El Alssami. Esa es la trama principal que ha puesto de moda el tema de la corrupción. El robo a la nación pudiera alcanzar cifras astronómicas según denuncian en las redes y eso asusta aunque sean puras mentiras o fake news.
Pero, las subtramas, también describen negocios muy turbios y escandalosos. Altos magistrados que se venden para soltar delincuentes poderosos. Una red oscura de sexo, de bochinche y lujo ligadas a un diputado que fue ex ministro de educación. Entre los detenidos también hay un alcalde cómplice de unos pranes que actuaban aparentemente bajo su protección.
Todo esto debe tener alguna relación. Cualquier cosa puede aparecer y nadie debe sorprenderse por los nuevos implicados que pudieran aparecer. Purga o simple y descarado robo, hay todavía poca información seria sobre lo ocurrido. Por otro lado, entre los adversarios del oficialismo, cunde el pánico, lo que hay es un todos contra todos que enreda lo ocurrido en PDVSA. Tanto ruido confunde la repartición de culpas. ¿Quién editó y puso a circular por las redes la declaración de Darwin Gonzalez, los laboratorios del gobierno o de la oposición?
Erosión al Máximo
Las declaraciones de Juan Guaidó frente a la venta de Monómeros lo que dan es risa. Para el candidato de Voluntad Popular pareciera que no existen las montañas de denuncias en su contra por los malos manejos de los fondos de la República que le fueron confiados.
Es posible que el oficialismo, una vez más, salga bien parado de estos escándalos. Terminen como los únicos que toman decisiones sobre la corrupción y no cómo los otros que la esconden. Igual puede incrementarse el descrédito y la pérdida de electores de la revolución. Del 70% que anda buscando algo nuevo en la política, 50% fueron chavista en el pasado.
Lo cierto es que ya se pueden visualizar escenarios más que posibles para las primarias y quién sabe si para el 2024. Encuestas, Focus Group, análisis de data, los propios acontecimientos así lo sugieren.
La Dama
En cuanto a las primarias, la mayoría de las mediciones dan como ganadora a María Corina Machado, la Margaret Thatcher criolla. Tal consideración tiene cierta lógica. El público opositor clásico tiene un componente clase media muy grande. Gente que perdió su estándar de vida y siente una irreductible rabia por los maltratados, el desconocimiento que ha recibido en todos estos años a su sistema de valores y de vida por parte del oficialismo.
Se podría decir que la oposición y sus divisiones, en conjunto, ocupan la mitad del 30% que todavía se interesa por la política. De ese número, más del 10% pertenece al sector radical o extremista. Esos son los principales electores de las primarias.
Entre los que quieren salidas rápidas o de fuerza, a pesar de los múltiples errores de estas tesis, la Dama de Hierro tiene una mayoría bastante holgada. María Corina es percibida como coherente, como dura, frente a sus otros competidores en las primarias que lucen tímidos o jala mecates frente al Gobierno.
Maria Corina ha crecido con los años. Es mejor oradora y sabe manejar la emocionalidad en sus discursos. Baja, sube, coloca los acentos en la parte más agresiva de su narrativa. Va contra el gobierno y amenaza con meter preso a Maduro y a su combo. Tiene, además de recursos, un grupo de asesores que editan cualquier deficiencia o errores en su puesta en escena.
Para quitarse de encima la etiqueta de derecha, de mujer de familia de plata, declaró recientemente que está de acuerdo con los derechos de la diversidad sexual, la eutanasia y demás temas del mundo progresista. Algo similar a lo hecho por el candidato colombiano Rodolfo Hernández .
Todo estos movimientos y fortalezas de la señora Machado pudieran terminar en fracaso sino supera el tema de la inhabilitación. El CNE no ha recibido la confirmación que emite la Contraloría, indispensable para su participación en las presidenciales del 2024.
Tiene otros obstáculos. Si gana, con ese discurso tan duro, donde el gobierno y el G3 cogen igual de palo, con tan sólo el público radical no le da para llegar a Miraflores. Su candidatura muerde muy poco en el 70% que quiere salir de la conflictividad.
Si vence en las primarias, el G3 no movería un dedo para ayudarla a defender sus votos en el 2024. Menos la respaldarían el sector que pertenece a la oposición moderada o democrática que constituye un 20% del 70% que quiere un cambio pero, sin venganza.
El G3 en picada
Aunque el director de Consultores 21 Saúl Cabrera sugiere que el G3, con Rosales o Capriles, ganaría las primarias, otras encuestadoras dan como favoritos a Maria Corina y al Conde del Guácharo. Si es verdad que hay un acuerdo entre PJ, UNT y AD Ramos para ir con un solo candidato a la contienda, aún así, los resultados serían impredecibles por el desgaste y cansancio en que están envueltos estos partidos.
El G4 ahora es G3. La muerte del Interinato causó sus efectos en esta alianza. Voluntad Popular y sus seguidores no entregaron la presidencia interina sin dar la pelea contra sus verdugos. Denunciaron a sus antiguos aliados como traidores en las redes. Los etiquetaron como alacranes y eso tuvo sus efectos entre los seguidores de las salidas rápidas y de fuerza. Perdieron su otrora incidencia en ese espacio.
No es fácil
Capriles tiene muchos atributos a su favor. Lo conoce todo el país y su sensibilidad hacia los más pobres es sincera y su mejor virtud. Su oratoria ha mejorado y su discurso se ha movido hacia una reflexión cercana a lo que piensa hoy la mayoría del país.
Sin embargo, su tendencia a ir del radicalismo al discurso racional, lo hace ver como indeciso, como un líder que duda y no es firme en sus posiciones. Su partido tampoco es el de antes. Se ha reducido mucho y desfigurado como consecuencia del respaldo y la derrota del Interinato al cual apoyaron. María Corina lo ataca señalando que representa el pasado. Por otro lado, Diosdado Cabello lo tiene de sopa. Tanto, que su insistencia en que está inhabilitado, lo ha bajado en la mayoría de las mediciones.
Entre el Zulia y Miraflores
Rosales ha caído por obra y gracia de los laboratorios que lo acusan de colaboracionista. Por reunirse con Maduro y pedir el cese a las sanciones. También incide la indefinición sobre su participación en las primarias. Otro factor es que a su gestión ya le pasó la época de enamoramiento y sin recursos para mejorar la crisis de los servicios en el Zulia, la emoción que produjo su regreso a la Gobernación viene es descenso.
Aún así, Rosales es Bruce Willis, duro de matar. Como él mismo dice: “ya no creo en pajaritos preñados”. Tiene el respaldo del Zulia y mucho olfato político. Pareciera que no ha anunciado su postulación a las primarias porque no ve clara la victoria en el 2024. Entre sus virtudes está lo popular. No es elitesco. Habla como lo hace el pueblo y tiene capacidades para organizar y conseguir recursos.
El Vagabundo
Las primarias son parte de una programación. Se concretaron en Panamá con la anuencia de Jimmy Story. Para su momento, eran un diseño estratégico para que las ganara el G3. Aún cuando, ese objetivo, permanece, el escenario se ha complicado. La aparición de María Corina y el Conde del Guácharo ha introducido unas variables que sobrepasaron esa planificación y por bastante.
Benjamín Rausseo es el verdadero outsider. La señora Machado no ha dejado de estar presente en estos 24 años de revolución. Fue la primera en retratarse con los Americanos y firmó el acta de Carmona. El Conde hizo un amago en el 2007 pero, se retiró y no llegó al final.
El cuadro ahora le es favorable. El liderazgo ha cometido tantos errores que la gente anda buscando algo diferente. El candidato que más se parece a los que dicen las encuestas, a lo que quiere la mayoría empobrecida del país es Benjamín Rausseo. Un venezolano que viene de abajo y conoce la pobreza. Siente a la gente y expresa una preocupación afectiva por sus necesidades.
Pero, su participación en las primarias pone en duda sus posibilidades de victoria. Si no hubiera escogido ese camino tendría una enorme posibilidad de ganarle a Maduro en el 2024. Tal vez hubiese sido un candidato de un público mayor, del consenso y más. En las primarias le va a ganar María Corina.
Ahora, El Conde depende de su capacidad de mover gente el día de las elecciones primarias para seguir adelante. Eso requiere organización y mucha plata. Tiene la ventaja de que no es responsable de las derrotas de la oposición, ni de sus peleas. No representa un cambio con violencia o problemático y eso jala entre los independientes.
Los cerros no votan en Primarias
Tradicionalmente los sectores populares no votan en las primarias. No lo hicieron en el 2012 cuando ganó Capriles y todo indica que no lo harán ahora. La lista Tascón, la caja Clap o los bonos del sistema patria, el miedo a perder esos beneficios los alejan de ese tipo de consultas.
El argumento de mayor peso para tal ausentismo, lo determinante, es otra variante. El 70% que quiere un cambio no lo ve en el viejo liderazgo. Menos en la polarización, en la confrontación que lo que ha hecho es destruir el pais. El único candidato en las primarias que no llamó a la abstención es el Conde. Los demás respaldaron al Interinato.
Según la empresa Poder y Estrategia 24% de los electores no quiere nada con el Gobierno, tampoco le simpatiza la oposición. 32% no quiere nada de nada.
La tesis del consenso, ha logrado una cifra cercana al 10% en las más recientes mediciones. Atrae algo del 20% que quiere un cambio pero, no extremista. De lo que fue la votación de Herni Falcón y Bertucci en el 2018. También de los votos de la Alianza Democrática y los factores no vinculados al G4.
Las primarias tienen hoy una ventaja considerable frente al Consenso sin embargo, la situación puede complicarse y dar unos giros que favorezcan esta opción.
Primarias con el CNE
En los próximos días debe aparecer una noticia que ya está rodando en los círculos políticos. Las primarias serán con la colaboración del CNE. Esta decisión podría sacar a María Corina de ese escenario y ponerla a competir sola y hasta el final.
Salirse de las primarias sería un gran error para la señora Machado, estaría tirando la casa por la ventana. Abandonado una victoria casi segura. El problema es que si se queda estaría incumpliendo lo que ha dicho hasta ahora sobre las máquinas y el CNE. Debilitaría su principal argumento, la coherencia.
Sin María Corina la primaria entraría en crisis. Perdería su público base, el radical, que se iría con ella. Dependerían de la novedad que representa el Conde del Guácharo. Sin embargo, en ese escenario, lo más probable es que se impongan las maquinarias. Ganaría el G3.
Rausseo podría también seguir el camino de María Corina, salirse de la primaria y buscar ganar en el 2024 con la votación de los sectores mayoritarios, con el 70% que quiere algo parecido a lo que él representa. Eso sería mortal para la Plataforma Unitaria y sus aliados los americanos. Podría desencadenarse un efecto dominó.
Con ese tipo de complicaciones el Consenso crecería como una salida más potable. Un candidato tipo Elias Sayegh, Carlos Fernández, Andrés Caleca o un desconocido podría surgir con mayor fuerza. Lorenzo Mendoza arrasaría.
El Síndrome de Alfaro
Para la Alianza Democrática el cuadro pinta difícil. La candidatura de AD, cualquiera que sea el escogido, seguiría enredando el juego. Hasta ahora, ninguno levanta en las encuestas. Necesitan moverse hacia los nuevos escenarios. Tendrían que buscar un mecanismo que les permita revivir la alianza como opción y eso sería suicida. Las masas andan buscando otra cosa.
José Brito, Juan Carlos Alvarado, Bertucci y el nombre que pongan Timoteo y Avanzada Progresista que también juegan. Revivir esa oferta no pareciera tener fuerza contra la Dama y el Vagabundo. Ese camino representa una política distinta al Consenso y a las tendencias que expresan las encuestas.
Si el G4 se ha desgastado, igual le ocurre a la mal llamada “Mesita”. La elección de Barinas convirtieron los importantes logros de la Alianza en las Megaelecciones en derrota. La candidatura de Claudio Fermín resultó un tiro por la culata.
Las campañas en las redes, las etiquetas de sus adversarios los han seguido debilitando y eso se refleja en que ninguno de sus candidatos tiene números significativos en las encuestas. Su público elector se ha movido hacia el 70% y eso es un mercado de electores muy diferente. El país se está moviendo y no es en retroceso. Hace falta un oferta que apunte al futuro.