Cuatro partidos políticos quieren elegir un candidato y que la gente lo refrende, cuando lo democrático es que los venezolanos elijan libremente y los partidos opositores se plieguen al candidato ganador
Los voceros de la «comisión electoral» de la otrora respetada MUD, con particular saña, en nombre de sus jefes (Rosales, Borges y Ramos Allup), persisten en ostentar su crueldad a través de unas declaraciones ambiguas, irresponsables y excluyentes dadas al diario Tal Cual, en las que se revela lo que todo el mundo sabía iba a ocurrir: imponer un candidato en unas falsas primarias excluyentes.
La MUD, ahora autodenominada «Plataforma Unitaria», anda elaborando un reglamento electoral excluyente para hacer, ellos mismos, sus propias primarias. Se quitan la careta develando así su plan macabro para que en el 2024 con esa nefasta práctica de continuar viéndose el ombligo gane Maduro otra vez.
El vocero principal, recordado por muchos por su vinculación al caso de corrupción de un empresario ligado a la revolución, dijo que el proceso de primarias que ellos están organizando es exclusivo. No es para todo el mundo. Cero «alacranes» o «colaboracionistas». Peligrosas etiquetas empleadas contra sus adversarios como aquella de «cucarachas» empleadas por los Hutus contra los Tutsis que condujeron al genocidio a machetazos en Ruanda cobrando la vida de más de un millón de personas.
No entra quien no jure lealtad a Rosales, Borges y Ramos Allup. Al parecer, ya sacaron a Guaidó y Leopoldo del cogollo. Y a María Corina y a Ecarri ni hablar, pues nunca han estado. Los participantes deben ser aprobados, previo estudio del curriculum-vitae por un trío que es el verdadero y único jurado.
Esta cúpula, está rosca de tramposos, que hasta hace unos cuantos días andaban en la prédica de la abstención, pidiendo a gritos la invasión de los americanos para salvar a Venezuela, pretenden determinar, sin derecho a pataleo, quiénes son opositores auténticos y quiénes aliados del gobierno.
Aun cuando estos mismos personajes vienen de hacer perder a Henri Falcón en Lara y a Laidy Gómez en el Táchira en las megaelecciones del 21 de noviembre pasado, insisten en aplicarnos la misma receta. Otra vez nos plantean pelear por el segundo lugar en vez de apuntar a Miraflores. Insisten en seguir dirigiendo a la oposición como si aquí no hubiera pasado nada. Como una especie de mafia pretenden perpetuarse como liderazgo y como han hecho en estos 22 años, atornillar al PSUV por siempre en el poder. Descubrieron que es mejor y más lucrativo llenarse los bolsillos saqueando Monomeros y Citgo, con la alcahuetería gringa, y gastándose millones de dólares intentando mantener la imagen de puros con discreta licencia para robar. Para ellos todo se vale mientras se sigan enriqueciendo y gastando el dinero de los activos venezolanos en el exterior a manos llenas, incluso que Maduro permanezca en el poder in saecula saeculorum. No piden perdón por los muertos de 2014 y 2017, centenares de jóvenes empujados hacia la muerte en manifestaciones absurdas que sabían no conducirían a nada sino a nuevas derrotas a manos de la represión del régimen. Nada que explicar que siendo minoría, Maduro siga ganando elecciones aunque el país esté vuelto trizas. Igual repiten los mismos errores sin disimulo.
No se cansan de mentirle a los venezolanos hablando de una unidad que es un truco chantajista. Son ellos mismos los que descalifican o etiquetan a los demás. Los que insultan y desconocen a quienes piensan distinto.
De más de 20 partidos que integraban la MUD, terminaron imponiendo el G4. El politico del escándalo del sobre, en su declaración a Tal Cual afirma que el que no vaya a esas primarias es porque es un vendido y apoya a Maduro. Es un nuevo Claudio Fermín, afirma. La verdad es que es al revés. Sino hay un proceso abierto, sin exclusiones, donde todo el que quiera aspirar lo pueda hacer sin limitación alguna, no habrá victoria en el 2024.
Mientras esta gente siga actuando de esta manera, excluyendo a los demás, sin reconocer ni uno solo de sus múltiples errores, no habrá ningún cambio en Venezuela. Hace falta gente más humilde, que piense en los demás.
Luciano Kraus
