Mary Pili Hernández se convirtió recientemente en figura destacada en las redes sociales, un ámbito donde confluyen todas las facetas de la humanidad como el egoísmo, la hipocresía y la ignorancia, signos perturbadores que se entrelazan con la nobleza y la sensatez que alimentan la esperanza. Es un espacio donde un tweet inteligente puede elevarse rápidamente y convertirse en tendencia. Fue precisamente esto último lo que logró Mary Pili al soltar, sin titubeos, el siguiente mensaje en la red social X: «Tengo 40 años trabajando en los medios de comunicación y nunca antes había tenido temor de expresarme. Pero que quede claro: el silencio es por miedo, no por falta de indignación o de vergüenza ante los hechos.»
El dilema de Mary Pili
Este audaz comentario de alguien con un alto perfil público y una historia polémica como la suya no pasó desapercibido. Ha sido objeto de ataques y elogios, recordando su pasado vinculado al chavismo, pero también recibiendo reconocimientos y hasta admiraciones por su valentía. El portal el-politico.com convirtió el breve pero contundente mensaje en una noticia, y dos destacados usuarios de Twitter de la oposición expresaron opiniones, entre las miles, notablemente divergentes.
El lamento de Héctor Manrique resonó así: «Si Mary Pili, quien tiene un historial de confrontaciones con opositores, ¡incluso burlándose de mí cuando sufrí un infarto!—, expresa temor, ¿qué podemos esperar los demás? Pero también es cierto que los malos suelen ser cobardes.»
Por otro lado, el comentario de Elías Pino Iturrieta se posicionó de esta manera: «La declaración de Mary Pili Hernández sobre las presiones de la dictadura a los comunicadores es sumamente relevante, y sobre todo, valiente. Los perseguidores de CONATEL deben estar reflexionando sobre cómo proceder sin provocar reacciones que los expongan de manera seria.»
Mientras navega por los comentarios, una sensación de incertidumbre debe haberse apoderaba de ella. ¿Ha sido demasiado arriesgada al revelar su miedo públicamente? ¿Podrá enfrentar las posibles represalias del régimen? A pesar de las dudas, Mary Pili sabe que no puede dar marcha atrás. La verdad ha sido dicha, y ahora …
La sombra del poder
En el escenario desgarrador y frío que envuelve al país, un país en el que, diría Quevedo, donde por haber “poca justicia es un peligro tener razón», pues el gobierno de Maduro recurre constantemente al terror para intimidar a los ciudadanos, despojándolos de su deseo de vivir en paz y libertad, se han presentado recientes escenas de personajes imponiendo su voluntad con el bastón del abuso de poder a quien les plazca. Las recientes escenas de abuso de poder, desde la injusta condena del profesor Rafael Venegas, la detención del ingeniero Carlos Salazar hasta la grotesca detención de la doctora Rocío San Miguel y su familia dejan en claro que la sombra del autoritarismo se cierne sobre todos los ciudadanos.
Mary Pili ha reflexionado sobre el papel que le corresponde en este panorama desolador. Sabe que no puede permanecer en silencio ante la injusticia. Y también comprende los riesgos que implica alzar la voz en un régimen tan represivo.
Entre el deseo de hacer lo correcto y el miedo a las posibles represalias, Mary Pili se debatió ante ese dilema y fijó contundente posición para no dejarse consumir por completo.
El tweet de Mary Pili, que se convierte en objeto de burla de los resentidos extremistas en las redes (ya alcanza más de un millón de visualizaciones en Twitter) apunta directamente hacia ese oscuro abismo del bárbaro abuso de poder que desgarra el Estado de Derecho. Vislumbra el rostro feo de la represión que se avecina. Nos advierte que nos espera el lado más horrendo del autoritarismo, que aún no hemos presenciado. El embate desde Miraflores contra la oposición se ha convertido en un calvario, una travesía tortuosa que no solo amenaza sino que agrede. Se siente la hostilidad del abuso de poder, el menosprecio por las normas, la arbitrariedad de hacer lo que se quiere simplemente porque se puede.
La verdad en la oscuridad
En medio del torbellino político y la atmósfera opresiva que domina el país, la verdad parece esconderse en las sombras, acechando entre los recovecos del poder. Detrás del despliegue brutal de represión se oculta un cúmulo de miedos y ambiciones, tejido por la sensibilidad exacerbada de aquellos que gobiernan con mano de hierro.
La desesperación imperante en Miraflores, alimentada por el temor a la derrota electoral, se manifiesta en cada acción represiva, en cada intento por acallar las voces disidentes. Sin embargo, su estrategia de sembrar el miedo en la población parece estar condenada al fracaso. La gente, lejos de sucumbir ante la intimidación, se prepara para enfrentarla con valentía en las urnas.
Las conductas autoritarias del gobierno, desde la prohibición de hablar sobre desapariciones forzadas hasta la expulsión de organismos internacionales de derechos humanos, revelan la desesperación de quienes se aferrarán al poder con uñas y dientes. Pero, ante tales embates, la oposición democrática no debe ceder a la tentación de la violencia o la abstención.
En medio del caos político, la única esperanza reside en la unidad y la determinación de aquellos que anhelamos un cambio verdadero. Solo mediante una candidatura de consenso respaldada por un plan sólido se podrá enfrentar los desafíos que se avecinan.
En las tinieblas del autoritarismo, la verdad brilla con una luz tenue pero firme. Y aunque el camino hacia la libertad parece arduo y lleno de obstáculos, la voluntad del pueblo está decidida a abrirse paso hacia un futuro más justo y democrático.
Y así, entre la incertidumbre y la esperanza, la historia del país se escribirá con la determinación de aquellos que se niegan a doblegarse ante la tiranía. Sólo la abstención salva al Gobierno, eso lo sabe la gente.