ELEVADO ENCAJE LEGAL IMPIDE INTERMEDIACIÓN FINANCIERA DEL SECTOR BANCARIO
Los bancos están imposibilitados para ofrecer créditos porque el 85% de los depósitos del público reposan en el Banco Central de Venezuela
Por: Susana Gomes
El encaje legal bancario, conocido también como coeficiente de caja, es la porción de depósitos que recibe un banco para mantenerla en reservas líquidas, sin que pueda destinarla para inversiones o préstamos.
De acuerdo con el protocolo bancario internacional, la medida se adopta con el fin de garantizar que las entidades financieras cuenten con los recursos necesarios para cubrir las necesidades de los depositantes ante una eventual caída de la liquidez.
De acuerdo con la resolución No. 21-01-01 del Banco Central de Venezuela (BCV), los bancos comerciales deben tener un encaje legal mínimo del 85% del monto total de las obligaciones netas en moneda nacional.
No existe intermediación financiera
La disposición del máximo ente emisor forma parte de la larga lista de las dificultades económicas que atraviesa Venezuela porque reduce sustancialmente la función real del sector bancario, esto es, otorgar préstamos a sus clientes. El economista y profesor del IESA, Luis Vicente León, explica que el elevado porcentaje del encaje legal de la banca es utilizado por el gobierno nacional como un mecanismo para combatir la devaluación del bolívar y frenar la hiperinflación.
«El gobierno argumenta que con los créditos que daba la banca, la gente compraba dólares en el mercado para proteger su patrimonio, asumiendo que la devaluación del bolívar le permitiría no solo saldar cómodamente esa deuda, sino obtener una jugosa ganancia financiera con esta operación bancaria».
Señala León que al día de hoy esa tesis resulta bastante pobre porque los créditos bancarios no son nada baratos. de sector ha desarrollado los créditos indexados, los cuales van ajustándose en la medida en que la moneda de curso legal se devalúa; sin embargo, esta operación no resulta nada atractiva para utilizarla como financiamiento en la compra de divisas.
Al establecerse un encaje legal del 85 por ciento del total de los depósitos bancarios, el gobierno impide prácticamente que el sector bancario cumpla sus funciones de intermediación financiera, anulándolas prácticamente.
Sobre este sector se cierne una campaña de desprestigio que va desde la acusación de implementar un «corralito» para congelar los depósitos de los ahorristas, hasta generar zozobra en la clientela por los supuestos conflictos entre los distintos bancos.
Pero la realidad es otra: la banca no puede prestar los bolívares que depositan los clientes, ni siquiera el proveniente de los créditos indexados.
Para poder mantener sus operaciones, la banca se ha trazado como estrategia el cobro de comisiones en diversas transacciones cambiarias. De esta manera, captan divisas en efectivo para depositarlas en las bóvedas como reserva y las colocan en las mesas de dinero a fin de respaldar los pagos en bolívares de tarjetas de crédito y de débito.
Con el cobro de comisiones, el sector bancario intenta financiar una parte de sus costos operativos y aún así, es insuficiente.
La banca venezolana también ha buscado mecanismos de financiamiento externo pero también está muy limitada porque el riesgo país es sumamente alto. Los bancos internacionales exigen un 100 por ciento de garantías.
En resumidas cuentas, con el actual encaje legal, la banca tiene severas limitaciones para poder expandir sus operaciones. Se ha convertido en un sistema muy pequeño y cercado completamente para financiar al sector privado de la economía, como única vía que realmente garantiza el crecimiento y prosperidad de la nación.
El encaje más elevado del mundo
Los bancos microfinancieros deben mantener un encaje legal mínimo del 40% del monto total de las obligaciones netas en moneda nacional e inversiones cedidas.
La medida oficial implica que por cada 100 bolívares que reciben los bancos comerciales, deben depositar en el BCV la cantidad de 85 bolívares; de manera, tal que sólo podrán prestar 15 bolívares. Situación que sin lugar a dudas, reduce considerablemente la capacidad de financiamiento de la banca.
El economista Douglas Becerra refiere que en la mayoría de los países con altos ingresos, el valor del encaje bancario oscila entre 0 y 5 por ciento; en las naciones con medianos y bajos ingresos, los coeficientes de encaje se ubican entre 6 y 15 por ciento.
En América Latina el promedio del encaje de sitúa en 8 por ciento. Y Venezuela, por disposición del BCV, cuenta con el encaje legal bancario más elevado del mundo.
Para darnos una idea. A mediados de noviembre de 2021, los depósitos totales de la banca fueron de 3,4 mil millones de bolívares, aproximadamente 800 millones de dólares. De este monto, el sector se vio obligado a encajar el 85 por ciento, quedándole un monto irrisorio para cumplir con su natural función de otorgar préstamos y ser intermediario financiero.
Encaje bancario no funciona en solitario
El problema del crédito bancario tanto en bolívares como en dólares está indisolublemente ligado con la realidad hiperinflacionaria, la informalidad de la economía, la debilidad del bolívar, la vulnerabilidad en la balanza de pagos en lo que respecta a generación de divisas y al mínimo acceso del sector oficial a los mercados externos; solo el sector privado informal está moviendo la economía venezolana.
El economista José Manuel Uzcátegui hace la observación que cuando se solicita la reducción del encaje legal bancario, no se toma en cuenta necesidad de poner en práctica otras medidas complementarias que abarquen el ámbito fiscal, monetario y cambiario.
«Se hace muy poco mientras la economía venezolana siga dolarizada de facto, sin que haya una política sustitutiva de una realidad donde impera un sistema bimetálico o bimonetario».
El país exige la formalización de un modelo de estabilización macroeconómica destinado a corregir los desequilibrios porque al final del camino, estos inducen a la inflación, el desempleo y al estancamiento del aparato productivo.
Y para que el encaje legal bancario opere como un mecanismo dinamizador de la economía, debe entenderse que son varios los instrumentos de política monetaria que deben ejecutarse al unísono.
Freno a la liquidez monetaria
En opinión del economista Luis Enrique Gavazut, desde que el Banco Central de Venezuela aumentó considerablemente el porcentaje de encaje legal, se ha logrado controlar en buena medida la expansión por multiplicación secundaria de la liquidez monetaria en la economía, frente a un dramático escenario de contracción de la oferta de bienes y servicios para el público consumidor, factor desencadenante de la inflación.
«Las operaciones de la banca se han afectado porque la disponibilidad de recursos para la cartera crediticia e intermediación financiera se redujo de manera sustancial».
Desde enero de 2021 el Banco Central de Venezuela estableció en 85 por ciento el encaje legal ordinario para depósitos en moneda nacional y 31 por ciento para depósitos en moneda extranjera. Por consiguiente, la banca está obligada a congelar estos recursos en el BCV o en sus propias bóvedas, siendo el caso de dinero en efectivo y bajo estricta supervisión del propio ente emisor y de la Superintendencia Nacional Bancaria (SUDEBAN).
El ejecutivo nacional, a través del BCV, materializó el incremento del encaje bancario al determinar, supuestamente, que el grueso de los préstamos no se destinaba a la expansión del producto interno bruto (PIB) por la vía de nuevas empresas o inversiones productivas para aumentar la oferta de bienes y servicios de la economía, sino que se utilizaban en la compra, negocio y multiplicación de dólares para la especulación cambiaria.
Explica Gavazut que tal situación era una de las causas del excesivo ritmo de depreciación de la moneda y no como tradicionalmente se piensa, donde el BCV activa su maquinita para generar dinero inorgánico y expandir la base monetaria, la cual constituye apenas una fracción de la liquidez monetaria que se produce mediante los préstamos que efectúa la banca.
La banca venezolana sobrevive gracias a su también rol de agente gestor en las transacciones económicas, con el cobro de comisiones por mantenimiento de cuentas bancarias, transferencias y pago móvil, entre muchas otras. También, desde que el gobierno aprobó la recepción de depósitos en moneda extranjera, captaciones y operaciones de intermediación en divisas.
El sector bancario vive de invertir y reinvertir las captaciones, los depósitos del público en instrumentos financieros y actividades del mercado cambiario, lo cual le produce márgenes aceptables de rentabilidad.
En la medida en que se flexibilice el encaje legal, la banca tendrá mayores recursos para la intermediación financiera, siempre y cuando estimule el desarrollo de la oferta de bienes y servicios públicos.