Aunque el gas natural reanudó su flujo este jueves después de que el principal gasoducto, Nord Stream 1, cerrara durante 10 días para su mantenimiento, Europa deberá luchar para mantener los hogares calientes y la industria en funcionamiento este invierno.
Un suministro incierto. Rusia recortó las cantidades de gas natural que Europa utiliza para alimentar las fábricas, generar electricidad y calentar los hogares en invierno y el presidente ruso Vladimir Putin amenazó esta semana con seguir disminuyendo el flujo argumentando problemas técnicos.
Antes de las reparaciones anuales, los flujos a través del Nord Stream 1 se redujeron en un 60% y se esperaba que permanecieran muy por debajo de la capacidad total del gasoducto. Ahora mismo rondan el 40%. Occidente temía que el gasoducto no se reabriera en absoluto, aduciendo que Putin está utilizando la energía para hacer presión política en su confrontación con la Unión Europea sobre la guerra en Ucrania.
Pero el recorte viene de antes de la invasión. Rusia no vendía gas en el mercado al contado a corto plazo y luego de que la UE impusiera sanciones a los bancos y empresas rusas, Moscú cortó el gas a seis países y redujo el suministro a otros seis.
Por ejemplo, los flujos hacia Alemania, la mayor economía de la UE, cayeron en dos tercios, y Rusia culpó a una parte que fue enviada a Canadá para su mantenimiento y no fue devuelta debido a las sanciones. Europa niega la acusación, calificándola de maniobra política para crear incertidumbre y disparar los precios de la energía.
La preocupación por el gas gira en torno a la llegada del invierno, cuando la demanda aumenta y las empresas de servicios públicos recurren a sus reservas para mantener los hogares calientes y las centrales eléctricas en funcionamiento.
Actualmente las reservas de gas de Europa sólo están llenas en un 65%, frente al objetivo del 80% para el 1 de noviembre. Europa necesitaría ahorrar 12.000 millones de metros cúbicos de gas, el equivalente a 120 camiones cisterna de GNL, para llenar sus niveles de almacenamiento en invierno.
¿Qué puede hacer Europa?
Por ahora el bloque se ha refugiado en el gas natural licuado, más caro, que llega por barco desde Estados Unidos y Qatar.
Esta misma semana los temores frente a un corte del gas ruso hizo que la Unión Europea instara a los Estados miembros a que reduzcan voluntariamente su consumo de gas en un 15% durante los próximos meses. La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, buscará la facultad de imponer reducciones obligatorias en todo el bloque si existe el riesgo de una grave escasez de gas.
La búsqueda por suministros alternativos se intensifica. Los dirigentes de Italia, Francia y la Unión Europea cerraron acuerdos con sus homólogos de Argelia, Azerbaiyán y Emiratos Árabes Unidos.
¿Cuánto ha caído el flujo de gas ruso en Europa?
Luego de que occidente impusiera sanciones a los bancos y empresas de Rusia, Moscú cortó el gas a seis países y redujo el suministro a otros seis. Los flujos hacia Alemania cayeron en dos tercios y Rusia culpó a una parte que fue enviada a Canadá para su mantenimiento y que no fue devuelta debido a las sanciones.
Rusia suministraba el 40% del gas natural de Europa. Pero la cifra cayó al 15%, lo que ha disparado los precios y pone en apuros a las industrias que consumen mucha energía. Aunque el continente podría recurrir al carbón y otras fuentes energéticas para sustituir el gas ruso, un paso que hasta ahora el viejo continente ha evitado.
La Agencia Internacional de Energía recomendó al bloque que intensifique las campañas para que la gente conserve en casa y se prepare para compartir el gas en caso de emergencia.
AP