La coordinadora nacional del Movimiento Unión y Progreso, Mercedes Malavé refirió este jueves al ascenso de Luiz Inácio Lula da Silva al poder en Brasil y aseguró que luego de la ruina económica causada por el modelo socialista del siglo XXI, Venezuela está obligada a establecer relaciones basadas en el libre mercado y el respeto a tratados internacionales.
«La reanudación de las relaciones diplomáticas, comerciales, humanas entre Venezuela, Colombia y Brasil con el ascenso de Lula al poder, no se van a dar ya en el marco del Socialismo del Siglo XXI, que instituyó Chávez, porque Venezuela pasará a tener una relación luego de una economía destruída que le obliga a conducirse con más seriedad en términos del manejo de la economía, del comercio internacional y del libre mercado», explicó Malavé.
Durante los tiempos del socialismo del siglo XXI, Venezuela tenía una posición de liderazgo en la región y una renta petrolera gigantesca que no supo aprovechar. Brasil y Colombia, en cambio, experimentaron un crecimiento económico importantísimo, destacó.
«El presidente Lula da Silva abandonó sus ideas económicas socialistas y gobernó pragmáticamente llegando a ser una de las economías más importantes; además, mantuvo excelentes relaciones con Estados Unidos, al igual que Colombia. Chávez en cambio, no hizo esto sino que asumió todos los errores de ese socialismo -controles artificiales, expropiaciones, estatización, dependencia patológica del petróleo-, llevando a Venezuela a una crisis económica sin precedentes en la historia del país».
Malavé argumentó que ya no existe la petro chequera, ni la Venezuela que repartía dólares, y diseminaba la corrupción; que intentaba comprar a los países de América Latina con un proyecto bolivariano regional.
«Ahora, somos un país obligado a asumir el modelo y las buenas prácticas económicas que llevaron a Brasil y a Colombia al éxito: economía abierta y de libre mercado, disciplina monetaria, control del gasto público, respetar acuerdos de comercio internacional, etc. En definitiva, abandonar todos los errores, vicios e irregularidades de la economía socialista», sentenció.
Además, estimó que en este nuevo ciclo de relaciones que se abren ahora entre Venezuela, Colombia y Brasil, la voz cantante parece que la llevará Brasil.
«Esperemos que Brasil pueda orientar a Venezuela y Colombia hacia un crecimiento económico sostenible, combatiéndo graves flagelos como son el hambre y la pobreza extrema. Esto es positivo y ojalá que el gobierno de Maduro sepa aprovechar esas buenas relaciones o esa disposición de esos países vecinos para terminar de poner un freno al desorden y a la informalidad económica que vivimos hoy, y a todos los vicios que no permiten generar confianza en las inversiones. Asimismo, esperemos que también sirvan al mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos, que es el principal cliente de petróleo que Venezuela siempre ha tenido; y que a través de estas relaciones se pueda mediar el conflicto político que existe, y poner fin a la política de aislamiento y de sanciones que tanto nos ha perjudicado».