Dirigentes y expertos de todo el mundo han hecho hoy un llamamiento a la acción mundial para reducir la contaminación causada por los antimicrobianos como medida fundamental para combatir los crecientes niveles de farmacorresistencia y proteger el medio ambiente.
El Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos ha hecho hoy un llamamiento a todos los países para que reduzcan la cantidad de residuos de antimicrobianos que se vierten al medio ambiente. Con ese fin, deberían realizarse estudios y aplicar medidas para eliminar de forma segura estos residuos de los alimentos, los sistemas de salud humana y sanidad animal y las instalaciones de fabricación.
El llamamiento se hace en vísperas de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, que se celebrará en Nairobi y en línea del 28 de febrero al 2 de marzo de 2022, y en la que los países tratarán los problemas ambientales más acuciantes que enfrenta el mundo.
El Grupo de Liderazgo Mundial, que integran jefes de Estado, ministros y dirigentes del sector privado y la sociedad civil, se estableció en noviembre de 2020 para impulsar el liderazgo, la acción y los compromisos políticos a nivel mundial en relación con la resistencia a los antimicrobianos. Este Grupo está copresidido por las excelentísimas señoras Mia Amor Mottley, Primera Ministra de Barbados, y Sheikh Hasina, Primera Ministra de Bangladesh.
Los residuos de medicamentos antimicrobianos contaminan el medio ambiente
En su declaración, el Grupo de Liderazgo Mundial pide a todos los países que mejoren las medidas de tratamiento y eliminación de los desechos que contienen antimicrobianos y las escorrentías procedentes de las instalaciones de fabricación, las explotaciones agrarias, los hospitales y otras fuentes.
Los antimicrobianos administrados a los seres humanos, los animales y las plantas entran en el medio ambiente y en las fuentes de agua (incluidas las de agua potable) a través de las aguas residuales, los desechos, las escorrentías y las aguas negras y, por esa vía, propagan organismos farmacorresistentes y, por consiguiente, la propia resistencia a los antimicrobianos.
Este problema podría dar lugar a una mayor aparición y propagación de superbacterias resistentes a varios tipos de fármacos antimicrobianos [1] y perjudicar también a otros organismos presentes en el medio ambiente.
Es fundamental reducir la cantidad de contaminación por antimicrobianos que se vierte al medio ambiente para que estos fármacos sigan siendo eficaces.
El Grupo de Liderazgo Mundial hace un llamamiento a todos los países a fin de que promulguen y apliquen reglamentos y normas para supervisar y controlar mejor la distribución de antimicrobianos y organismos resistentes a los medicamentos y su vertido al medio ambiente.
Estas son otras medidas esenciales recomendadas:
- En el sector de la fabricación, elaborar normas nacionales para regular la contaminación por antimicrobianos causada por los procesos de fabricación, con objeto de controlar y monitorear mejor dicha contaminación.
- En el sector de la salud humana y la sanidad animal, hacer cumplir la legislación y las políticas de reducción o eliminación del uso de antimicrobianos cuando no se haga bajo la supervisión de un profesional de la salud cualificado.
- En los sistemas alimentarios, aplicar normas para tratar y gestionar los vertidos de las explotaciones de animales destinados a la alimentación, las explotaciones acuícolas y los campos de cultivo.
No actuar tendrá consecuencias desastrosas para la salud humana y la sanidad animal, vegetal y ambiental
Los fármacos antimicrobianos, entre ellos los antibióticos, los antimicóticos y los antiparasitarios, se utilizan en medicina y veterinaria en todo el mundo para tratar y prevenir enfermedades tanto de las personas como de los animales. Asimismo, se administran en ocasiones a los animales destinados a la producción de alimentos para favorecer su crecimiento con buena salud. En la agricultura se emplean también plaguicidas antimicrobianos para prevenir y tratar las enfermedades vegetales.
El uso actual de fármacos antimicrobianos en los seres humanos, los animales y los vegetales está provocando un aumento preocupante de la farmacorresistencia y está dificultando el tratamiento de las infecciones.
Los microbios y patógenos causantes de enfermedades que resisten la acción de algunos medicamentos pueden transmitirse entre personas, animales y plantas y a través de los alimentos y contaminar el medio ambiente.
Además, la crisis climática puede contribuir a que aumente la resistencia a los antimicrobianos. [2]
Los patógenos resistentes a los medicamentos causan casi 5 millones de defunciones al año– en inglés. Es necesario actuar urgentemente para frenar el aumento y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos en todos los países. Si no lo hacemos, nos acercaremos rápidamente a un punto de inflexión en el que los antimicrobianos necesarios para tratar las infecciones en el ser humano, los animales y los vegetales dejarán de ser eficaces.
El impacto en los sistemas de salud locales y mundiales, en las economías, en la seguridad alimentaria y en los sistemas alimentarios será devastador.
La excelentísima señora Mia Amor Mottley, Primera Ministra de Barbados y copresidenta del Grupo de Liderazgo Mundial, ha declarado: «Los vínculos entre la resistencia a los antimicrobianos, la sanidad ambiental y la crisis climática son cada vez más evidentes. Debemos actuar ahora para proteger el medio ambiente y a las personas de todo el mundo de los efectos nocivos de la contaminación por antimicrobianos».
Todos los países deben priorizar los conocimientos y la gestión de la contaminación por antimicrobianos en todo el mundo
Aunque se desconoce el alcance exacto de la contaminación por antimicrobianos en el mundo, la evidencia indica que podría dar lugar a incrementos significativos de la resistencia a estos fármacos. Por ejemplo, se han encontrado bacterias multirresistentes en las aguas marinas y en los sedimentos cercanos a los lugares donde se vierten desechos de la acuicultura, las industrias y los asentamientos urbanos. [3]
Las personas de todos los países pueden ayudar a eliminar correctamente los medicamentos caducados y no utilizados.
Por su parte, los inversores pueden invertir en la investigación y el desarrollo de tecnologías costoeficaces de tratamiento de residuos que sean más ecológicas.
[1] PNUMA (2017). Fronteras 2017. Nuevos temas de interés medioambiental. Disponible aquí.
[2] Grupo de Líderes Globales sobre Resistencia Antimicrobiana (2021). Resistencia a los antimicrobianos y crisis climática. Disponible aquí.
Notas para los redactores:
Reducir el vertido de antimicrobianos al medio ambiente procedentes de los sistemas alimentarios, las instalaciones de fabricación y los sistemas de salud humana
Llamamiento a la acción formulado por el Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos
Marzo de 2022
Los vertidos de residuos y aguas tratados incorrectamente o sin tratar procedentes de diversas fuentes, incluidos los sistemas alimentarios, las instalaciones de fabricación y los sistemas de salud humana, pueden contener y liberar al medio ambiente antimicrobianos biológicamente activos, organismos resistentes a los antimicrobianos, antimicrobianos no metabolizados y productos que pueden causar resistencias a los antimicrobianos (por ejemplo, genes que confieren resistencia), con lo cual se puede propagar dicha resistencia. La principal estrategia para controlar esta propagación desde los sistemas de salud humana y alimentaria es utilizar los antimicrobianos de forma responsable y sostenible en los seres humanos, los animales terrestres y acuáticos, y los cultivos y vegetales. Además, es preciso aplicar medidas adecuadas para tratar y eliminar de forma segura los residuos, incluidos los de los humanos, los animales y las instalaciones de fabricación.
El Grupo de Liderazgo Mundial elogia los continuos esfuerzos, en particular los de los países del G7, por reducir el vertido de antimicrobianos al medio ambiente y anima a los países a aplicar el Código de prácticas del Codex para minimizar y contener la resistencia a los antimicrobianos transmitida por los alimentos y las Directrices sobre el monitoreo y la vigilancia integrados de la resistencia a los antimicrobianos transmitida por los alimentos aprobadas en noviembre de 2021.
Para mejorar la gestión de los vertidos al medio ambiente que pueden contribuir a que aparezcan y se propaguen resistencias a los antimicrobianos, el Grupo de Liderazgo Mundial pide que se adopten las medidas siguientes:
1. REFORZAR LA GOBERNANZA Y LA SUPERVISIÓN
En general, los países deberían adoptar las siguientes medidas:
- Elaborar o reforzar y aplicar marcos regulatorios, directrices, procedimientos operativos normalizados y normas para establecer niveles seguros, controlar mejor y supervisar la distribución y el vertido al medio ambiente de antimicrobianos, bacterias resistentes a los antimicrobianos y productos que pueden causar resistencias a los antimicrobianos procedentes de los alimentos, las instalaciones de fabricación y los sistemas de salud humana.
- Incluir medidas de prevención y tratamiento en los planes de acción nacionales sobre la resistencia a los antimicrobianos para reducir al mínimo los efectos de los vertidos al medio ambiente. En el sector de la fabricación en particular, los países deberían adoptar las siguientes medidas:
- Elaborar y aplicar marcos jurídicos y normativos para fabricar antimicrobianos que tengan en cuenta el ciclo vital de estos fármacos, es decir, todo el periodo en que permanecen activos y pueden afectar a los sistemas circundantes. Así, sería más fácil evitar eficazmente los riesgos ambientales relacionados con la resistencia a los antimicrobianos, se protegerían mejor las cadenas de suministro de antibióticos y se fomentaría la concepción, el desarrollo, la fabricación y la comercialización de nuevos antibióticos y alternativas a los antimicrobianos, cuando sea necesario.
- Promover y elaborar políticas y enfoques ambientales equilibrados y escalonados para gestionar y regular las instalaciones de fabricación y para prestar apoyo a las inspecciones ambientales, habida cuenta de la fragilidad actual de las cadenas de suministro y las importantes deficiencias que afectan al acceso.
- Incentivar a la industria para que cumpla las normas y trate de alcanzar la excelencia, en particular destacando su contribución al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- Elaborar normas nacionales sobre la contaminación por antimicrobianos basadas en la mejor evidencia disponible, tecnologías de tratamiento y análisis de la situación, y reforzar la capacidad de las autoridades ambientales para auditar y supervisar la conformidad.En el sector de la salud humana en particular, los países deberían adoptar las siguientes medidas:
- Elaborar y aplicar políticas y protocolos de gestión racional de los antimicrobianos en los sistemas de salud humana que obliguen a utilizarlos y adquirirlos de forma responsable y sostenible, así como enfoques eficaces para tratar sus residuos.
- Aplicar y hacer cumplir las leyes y políticas encaminadas a reducir o evitar el uso de antimicrobianos cuando no se haga bajo la supervisión de un profesional de la salud cualificado, garantizando al mismo tiempo que haya un acceso equitativo a antimicrobianos de calidad.En los sistemas alimentarios en particular, los países deberían adoptar las siguientes medidas:
- Elaborar o reforzar y aplicar marcos legislativos, directrices, procedimientos operativos normalizados y normas para tratar y gestionar eficazmente los vertidos de las explotaciones de animales destinados a la alimentación, las explotaciones acuícolas y los campos de cultivo, así como los residuos utilizados para regar los cultivos y la escorrentía de estos.
- Elaborar y aplicar políticas y protocolos para gestionar racionalmente los antimicrobianos en los sistemas de salud humana, tanto fijos como móviles, que controlen que su uso y su suministro sean responsables y sostenibles, así como enfoques eficaces para tratar sus residuos.2. MEJORA DE LA VIGILANCIA Y DE LA DISPONIBILIDAD DE DATOSLos países deberían adoptar las siguientes medidas:
- Reforzar la vigilancia basada en el principio de «Una sola salud» del uso de los antimicrobianos en los sistemas alimentarios, los sistemas de salud humana y las instalaciones de fabricación, así como la vigilancia de los vertidos de antimicrobianos y de productos que pueden causar resistencias a ellos, incluso en los sistemas de alcantarillado. Con ese fin, se habrán de tener en cuenta factores como la necesidad de aprovechar los sistemas existentes, la rentabilidad, la comparabilidad de los datos y las principales lagunas existentes en los conocimientos sobre el destino, la concentración y el impacto de los vertidos en el medio ambiente y en los organismos presentes en él (por ejemplo, los microorganismos del suelo y los organismos acuáticos). Debe darse prioridad a la recopilación de datos que puedan ayudar a adoptar medidas específicas, como la comprensión más profunda de los riesgos para la salud humana y la sanidad animal y ambiental y de las vías de vertido al medio ambiente, y prestar apoyo a la elaboración de directrices sobre los enfoques de tratamiento de los residuos de antimicrobianos y los límites máximos que se pueden emitir.
- Promover la divulgación de datos de la industria, la transparencia y el acceso público a los datos sobre el tratamiento de residuos y aguas residuales y sobre las prácticas de mitigación para fomentar la credibilidad y confianza de los ciudadanos. En un principio, se podrían comunicar datos a los organismos reguladores y a terceras partes independientes (por ejemplo, mediante sistemas de certificación) para, posteriormente, tratar de promover un mayor acceso abierto que ayude a aumentar la concienciación y los conocimientos, contribuir a la investigación en curso y tener en cuenta las normas ambientales en las prácticas de adquisición y contratación.
3. MEJORAR LA GESTIÓN DE LOS VERTIDOS
En general, todos los países deberían adoptar las siguientes medidas:
- Reducir la necesidad de utilizar antimicrobianos mediante la aplicación de medidas eficaces de prevención y control de infecciones en todos los sectores, incluidos el del agua, el saneamiento y la higiene (ASH), la vacunación, la bioprotección, y la cría y el bienestar de los animales.
- Desarrollar, aplicar y monitorear sistemas para la adecuada segregación, tratamiento y/o eliminación de antimicrobianos y sustancias que contienen antimicrobianos en todos los sectores (incluidos los piensos con antimicrobianos y los desechos humanos y animales).
- Desarrollar mecanismos para la recogida y eliminación adecuada de los antimicrobianos no utilizados y caducados por parte de personas y organizaciones.
- Garantizar la disponibilidad de incineradores asequibles y ambientalmente seguros y de tecnologías innovadoras para la destrucción y degradación de los antimicrobianos no utilizados o caducados.
En general, las organizaciones técnicas internacionales pertinentes y sus asociados deberían elaborar orientaciones y exponer las mejores prácticas sobre las modalidades adecuadas de gestión de residuos en todos los sectores.
En lo que respecta a los sistemas alimentarios:
Todos los países deberían adoptar las siguientes medidas:
- Crear y aplicar planes de gestión de estiércol, aguas residuales, escorrentías y residuos agrícolas, procedimientos operativos normalizados, orientaciones, normas y medidas como el compostaje del estiércol y su aplicación en los campos agrícolas.
- Aplicar enfoques de gestión del estiércol basados en la evidencia para que el estiércol pueda seguir utilizándose de forma segura como fertilizante natural en los campos agrícolas y apoyar las prácticas agrícolas agroecológicas, minimizando al mismo tiempo los riesgos de transferencia de bacterias resistentes a los antimicrobianos o de productos que pueden causar resistencias a los antimicrobianos.
Las organizaciones técnicas internacionales deberían adoptar las siguientes medidas:
- Acelerar la elaboración de herramientas y orientaciones con el fin de apoyar la aplicación del Código de prácticas del Codex para minimizar y contener la resistencia a los antimicrobianos transmitida por los alimentos y las Directrices sobre el monitoreo y la vigilancia integrados de la resistencia a los antimicrobianos transmitida por los alimentos a lo largo de la cadena alimentaria (por ejemplo, en las instalaciones de procesamiento y producción de alimentos, los mercados de alimentos frescos y animales vivos y los mataderos) con miras a minimizar los efectos del vertido de antimicrobianos en el medio ambiente.
Las empresas que se dedican al sacrificio y procesamiento de animales destinados a la alimentación deberían adoptar las siguientes medidas:
- Evaluar las prácticas actuales de producción de alimentos para aplicar medidas que reduzcan los vertidos de subproductos, incluidos los biocidas, al medio ambiente y cumplir las normas y requisitos legales.
En el sector de la fabricación:
Las empresas fabricantes deberían adoptar las siguientes medidas:
- Comprometerse a adoptar medidas de prevención y gestión para minimizar los efectos de los vertidos de fabricación en el medio ambiente. Esto puede hacerse mediante tecnologías y prácticas eficaces de gestión de residuos, la adopción y aplicación del marco común de fabricación de antibióticos y los planes de certificación independiente propuestos por la Alianza de la Industria contra la Resistencia a los Antimicrobianos.
Todas las partes interesadas deberían adoptar las siguientes medidas:
- Evaluar las opciones y apoyar los esfuerzos para crear un entorno propicio que influya en la inversión y la apoye mediante incentivos y esfuerzos en materia de gestión de residuos farmacéuticos sin poner en peligro el acceso a los antimicrobianos. Dichas evaluaciones pueden incluir una valoración de las políticas de adquisición sostenible, la inclusión de consideraciones ambientales en las buenas prácticas de fabricación, la evaluación del riesgo ambiental antes de la autorización de los antimicrobianos y un plan de certificación independiente de los productos.
4. INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
Las organizaciones y asociados internacionales técnicos, de financiación y de investigación y desarrollo deberían adoptar las siguientes medidas:
- Potenciar y coordinar la investigación para una comprensión integral de los riesgos para la salud humana y animal derivados de la presencia en el medio ambiente de antimicrobianos, microbios resistentes y elementos genéticos móviles en los vertidos, así como los posibles puntos calientes, los efectos ambientales, las vías de propagación de la resistencia a los antimicrobianos y las medidas de mitigación.
- Promover la investigación y el desarrollo, en los sectores público y privado, de tecnologías de gestión de residuos costoeficaces y más ecológicas, en particular métodos para eliminar los residuos antimicrobianos, los genes que confieren resistencia y los organismos resistentes, así como otras herramientas (por ejemplo, incineradores sensibles al clima y tecnologías de medición) y métodos de monitoreo normalizados, y apoyar la incorporación de las mejores prácticas en la gestión de procesos y residuos en todos los sectores.
- Elaborar reseñas normativas sobre la resistencia a los antimicrobianos y organizar diálogos normativos entre los responsables de la formulación de políticas para apoyar la elaboración de políticas basadas en la evidencia.
Información acerca del Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos
El Grupo de Liderazgo Mundial sobre la Resistencia a los Antimicrobianos se creó en noviembre de 2020 y desempeña una función independiente de asesoramiento y promoción a nivel mundial con el objetivo principal de mantener la urgencia, el apoyo público, el impulso político y la visibilidad del problema de la resistencia a los antimicrobianos en la agenda mundial. La misión del grupo es colaborar a nivel mundial con los gobiernos, los organismos, la sociedad civil y el sector privado a través de un enfoque de «Una sola salud» para asesorar y abogar por la acción política con miras a mitigar las infecciones farmacorresistentes a través del acceso y el uso responsables y sostenibles de los antimicrobianos.
El Grupo está copresidido por las excelentísimas señoras Sheikh Hasina, Primera Ministra de Bangladesh, y Mia Amor Mottley, Primera Ministra de Barbados, y está compuesto por jefes de Estado, ministros en ejercicio o exministros y/o altos funcionarios gubernamentales que actúan a título individual, junto con altos representantes de fundaciones, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado. También incluye a los directores de las organizaciones de la iniciativa tripartita —la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)—, así como del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), a título ex officio.
La Secretaría Conjunta Tripartita, una iniciativa conjunta de la FAO, la OIE y la OMS, así como el PNUMA, presta apoyo de secretaría al Grupo.