Son dos cosas distintas. O es consenso o son primarias.
Arístides Calvani nos enseñó que hay dos formas de ejercer la democracia, una más sofisticada que la otra. Él recomendaba que siempre se ensayara el consenso, la búsqueda de acuerdos amplios y constructivos. En caso de que no se diera el consenso, habría entonces que contar los votos.
El próximo año 2024 los venezolanos tendremos una nueva oportunidad para cambiar al gobierno, para salir de Maduro y para iniciar la reconstrucción de Venezuela. No tenemos derecho de volver a equivocarnos. Son demasiados errores acumulados en los últimos 25 años.
Mi admirado y respetado amigo Luis Ugalde, una de las figuras más influyentes en la conducta de la oposición en los últimos años, escribe un artículo con un título extraño: “El consenso es la primaria”. Con todo respeto hago algunas observaciones.
Como dije al principio de estas notas, Consenso es una cosa y Primarias son otra cosa. No son iguales. El consenso es superior a las primarias. Lamentablemente no se ha hecho ningún esfuerzo por alcanzar el consenso que nos habría ahorrado todo este complejísimo y costosísimo proceso de las primarias.
Advertí oportunamente que las primarias serian un escenario para la confrontación y no para la unión, para la descalificación de unos y otros y no para una emulación edificante. No había comenzado el proceso de las primarias cuando se puso de manifiesto el fundamento que tenía mi advertencia. Vino la disolución del llamado gobierno interino y se desató la tormenta de insultos, agresiones y descalificaciones de los principales líderes opositores.
Ugalde dice: “A las primarias entran muchos candidatos y se sale con uno solo apoyado por todos”. Dios lo oiga Padre. Afirma también, lo que es del conocimiento público, que los Partidos Políticos están viviendo su hora de mayor desprestigio. Pues bien la Primaria es un mecanismo asumido por esos partidos políticos para escoger el candidato de esos partidos políticos.
El consenso eventualmente nos daría un candidato nacional no vinculado con el desprestigio de los partidos. Al final de la primaria tendremos el candidato del G-4 o de la Plataforma Unitaria integrada por AD, Un Nuevo Tiempo, P.J y V.P. Pienso que sería mucho mejor tener un candidato con mayores posibilidades de interpretar el anhelo de cambio del 80% de los venezolanos.
Ojalá la primaria produzca un resultado que sea capaz de movilizar a los electores, de vencer a la abstención y a la indiferencia que se ha sembrado en el país, ojalá salga como lo quisiera Ugalde y yo también un candidato apoyado por todos.
Las armas del oficialismo son evidentemente la abstención y la división de los que queremos el cambio.
La otra observación que hice a propósito de las primarias es que ese es un mecanismo que permite una injerencia del gobierno en el proceso de selección del candidato opositor. El gobierno podría inclinar su poder mediático y su poder económico a favor del candidato que considere más conveniente a sus propios intereses.
Ugalde reconoce que seguramente para hacer posible las primarias habrá que pedir una cierta colaboración al CNE. Aspiran a que esa colaboración sea solamente técnica. Ojalá.
Desde luego sería muy conveniente que desapareciera la figura arbitraria y grotesca de las inhabilitaciones. Habría que negociar con el gobierno para lograrlo. Pienso que había sido mejor acordaremos en un candidato que además de estar calificado para el desempeño del cargo no estuviera inhabilitado. Así tendríamos un favor menos que pedirle al régimen.
El consenso debería producirse, como estuvo a punto de lograrse en 1945 alrededor de la figura del doctor Diógenes Escalante, alrededor de la figura de un venezolano que haga posible conjugar los tres verbos fundamentales: ganar las elecciones, lograr la transición pacífica del poder y gobernar en el próximo periodo constitucional.
Ese candidato además debería estar en condiciones de llenar los requisitos a los cuales se refiere al artículo 225 y SS de la Constitución Nacional.
Entre otras cosas el candidato tendrá que ser alguien que pudiera ser Jefe del Estado, o sea factor de Unidad Nacional. Jefe del gobierno. O sea capaz de conformar un equipo honesto y competente de gobierno. Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, o sea lograr el acatamiento y la obediencia de las Fuerzas Armadas… conductor de la Política Internacional del país en momentos en los que Venezuela parece llamada a jugar un papel en la geopolítica mundial y Jefe de la Hacienda Pública, o sea factor importante para la recuperación de la economía nacional.
¿Estarán las primarias en condiciones de producir una candidatura que llene esos requisitos? Dios quiera. Elevemos nuestras oraciones al Señor por Venezuela y por los venezolanos.
Eduardo Fernández – 28/02/2023